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IST CUIDANDO LA VIDA

 

Bajo el principio inspirador y orientador «La Vida al Centro», la organización asume que las personas no son un ente aislado, sino que se «construyen y son» en relación con los demás y con los sistemas de los que forman parte.

 

En estos últimos años estamos escuchando mucho del IST  ¿En qué consiste esta nueva mirada que el IST está proponiendo en el ámbito de la SST?

Gustavo: En IST el principio inspirador y orientador de la acción de toda nuestra organización es Cuidar la Vida, considerando a cada trabajador como un ser humano integral. Esta visión humanista sostiene que no podríamos existir como individuos aislados, que nuestra condición es eminentemente social y que somos parte activa del sistema relacional de la comunidad a la que pertenecemos. La comunidad puede considerarse de manera menos o más amplia, desde la familia al centro de trabajo, a la comunidad social, al país, y su fruto será siempre el producto de la acción común. Desde esta perspectiva, la manera como nos relacionamos, como colaboramos, como generamos un sentido compartido, como nos desarrollamos como individuos y como grupo humano, en definitiva como logramos una vida más plena, no es una mera propuesta, sino una condición de nuestra existencia humana.

Tania: Esta visión, que rescata lo profundamente social del ser humano, sostiene que las personas no son un ente aislado sino que se “construyen y son” en relación con los demás y con los sistemas de los que forma parte. Esto es de importancia radical; la concepción de “ser Humano” que se tenga no es trivial, porque impacta directamente en la manera de abordar problemáticas sociales tan complejas como, por ejemplo, la seguridad y la salud en el trabajo posibilitando resultados distintos derivados de una mirada más amplia de las relaciones cotidianas de los miembros de una comunidad, ya sean organizacionales, familiares o de cualquier índole.

Raúl: Esta concepción de ser humano ha tenido un alto impacto en la manera de entender la prevención y, por cierto, el cuidado de la vida en las organizaciones.

Esta mirada permite entender los sistemas culturales poniendo el énfasis no sólo en el individuo, sino también en los sistemas en los que este habita, es decir, pasar desde una mirada individual a una mirada sistémica, de lo programado a lo a lo cultural. Por esta razón, como IST hemos estado aportando permanentemente en la construcción de una Cultura Preventiva, tanto a nivel de nuestras empresas adherentes como a nivel país.

Ustedes insisten mucho en la importancia de las conversaciones ¿Por qué?

Raúl: Efectivamente, entendemos las organizaciones como redes conversacionales. Son estas conversaciones las que generan distintos mundos posibles y, al mismo tiempo, determinadas coordinaciones de acciones. Lo interesante es que este mundo que construimos, ya sea organizacional o en cualquier ámbito de nuestras vidas, es solo un mundo posible;  Teniendo conciencia de esto, es posible ampliar la mirada y, desde ahí, ampliar posibilidades para mejorar resultados, participando como protagonistas en la construcción permanente de nuestra manera de vivir.

Tania: De esta manera,  la construcción de sentido se genera en las conversaciones, en las coordinaciones habituales. Asimismo, la percepción de riesgos y las conductas cotidianas relacionadas con el cuidado se construyen en lo social; la percepción de riesgos es una construcción social, es decir ocurre en un espacio de relación con otros. Apostamos a que el desarrollo de competencias conversacionales emerja como una poderosa herramienta para el desarrollo de culturas de cuidado en las organizaciones.

Uds. han formado lo que llaman una “Multiversidad corporativa” con un enfoque educativo. ¿De qué se trata?

Raúl: La multiversidad IST es una estructura formal y multidisciplinaria dentro de nuestra organización, que se encarga de desarrollar estrategias de aprendizaje organizacional para nuestras empresas adherentes, a partir de diversos saberes provenientes de distintos ámbitos, que incluyen los saberes propios de los trabajadores y empresas.

Se trata de generar aprendizajes significativos en cada curso, taller o programa que realizamos. Existen en el país numerosas instancias de capacitación. Sin embargo, no siempre son valoradas por los trabajadores como algo trascendente. Muchas veces, si bien se consideran importantes, no logran generar cambios relevantes. Tal vez porque, a menudo, el enfoque es sólo informacional, con énfasis en la transmisión de contenidos y no en el ser humano como protagonista que “resignifica” su propio aprendizaje.

Tania: Nuestra Multiversidad nace de la observación que no siempre se considera al sujeto de aprendizaje como protagonista del evento, sino sólo como un receptor pasivo de contenidos determinados a priori, perdiendo valor y transformándose en un ejercicio de memorización ajeno a la vida cotidiana. Nuestra Multiversidad se hace cargo de esto: el participante es esencialmente activo ya que otorga sentido, significando y resignificado a los contenidos, desde su propia experiencia y vivencias.

Cuando construimos nuestro Enfoque Educativo, lo hicimos sobre tres principios fundamentales para nosotros: Que sea Significativo, es decir, que haga sentido cotidiano al participante y que de esta manera, pueda tomar conciencia de la importancia que ese conocimiento tiene para él, para su entorno laboral y su comunidad.  Que sea Participativo, es decir, que sean parte de la construcción de conocimiento que en la misma interacción se produce, enriqueciéndolo y ampliándolo; Que sea Transferible, esto es, que el programa impacte en la vida cotidiana del participante y por ende el conocimiento se incorpore pudiendo ser transferido a otros ámbitos de la vida y a otros trabajadores de la comunidad al que pertenece.

Entonces, en el proceso de cambio organizacional el aprendizaje es central…

Tania: Por cierto, el aprendizaje es central en cualquier proceso de cambio.

Una organización para moverse a un lugar deseado, requiere aprender algo que no está en su habitualidad, ni en el repertorio cotidiano de sus acciones.

Todo aprendizaje que se encuentre en el ámbito del comportamientos, los valores o paradigmas, requieren de un proceso, no es un aprendizaje puntual. Es lo que se llama aprendizaje adaptativo. La seguridad, la salud laboral y el cuidado de la vida, no son sólo un problema técnico, requieren aprender nuevas miradas e internalizar nuevas formas de hacer… y esto es complejo. Por lo tanto, un aprendizaje que no haga sentido no es un aprendizaje que se pueda sostener en el tiempo.

El sentido es fundamental en cualquier proceso de cambio cultural. Que nuestros programas sean participativos no es sólo una cuestión metodológica ni de opción pedagógica, es el reconocimiento de que el ser humano participa en la generación de sus propios mundos.

Raúl: Estos son los fundamentos. Al mismo tiempo, el aprendizaje organizacional requiere de la generación de instancias que lo faciliten y esto es compromiso de la alta gerencia y de la organización completa. En este sentido, la construcción de relaciones más cercanas, de vínculos basados en la confianza, el respeto mutuo y la disposición a colaborar, son elementos que contribuyen a generar condiciones propicias para estos procesos que permiten desarrollar el cuidado en los grupos humanos. Es por esto que como IST, hemos invertido importantes esfuerzos en desarrollar este enfoque educativo propio,  que se orienta a asegurar aprendizajes significativos, participativos y transferibles a los lugares de trabajo.

Gustavo: Para finalizar, quiero destacar que esta visión ha implicado también nuestros propios procesos de aprendizaje. Nuestra experiencia nos ha demostrado, cada vez con mayor claridad, que para abordar estos desafíos es necesario estar dispuestos a abandonar nuestras certezas y abrirnos a nuevas posibilidades, a incorporar nuevas metodologías, a revisar nuestros paradigmas y transformar nuestras prácticas habituales. En eso estamos…